Los 11 errores que debes evitar si invitas a un argentino a una barbacoa
1. Encender el fuego con alcohol
Seguro que todo recordáis a Homer Simpson encendiendo una barbacoa con alcohol, mucho alcohol, en el capítulo en el que Lisa defiende su vegetarianismo. Pues bien, como podéis imaginar, no es una buena idea encender el fuego con alcohol, y no solo por cuestiones de seguridad, sino porque es un acelerante que luego hará que las brasas nos duren menos.
2. Escatimar con la madera o el carbón
Las brasas son la clave de una buena parrillada, y tanto si usamos madera o carbón, es crucial que utilicemos uno de calidad, que se queme lentamente para que dé unas buenas brasas no duren todo el tiempo necesario.
3. No esperar a las brasas
La carne debe cocinarse con calor, no con fuego. Es por eso que es muy importante esperar a que las brasas estén en condiciones antes de añadir la carne, y no cometer el error de echar carbón o madera nueva con la carne ya puesta. No es bueno ni para la cocción de la carne, pues se carbonizará por fuera, ni para nuestra salud tampoco.
El momento adecuado para añadir la carne es cuando las brasas están blancas por arriba, y rojas por debajo. La clave está en que el carbón no transmita sabor a la carne, sino que sea al revés, que la grasa de la carne, al caer sobre las brasas, genere ese ahumado tan característico de las barbacoas.
4. Bajar demasiado la parrilla
De nuevo, el temor a que las brasas no duren lo suficiente o no tengan fuerza suficiente, nos hacebajar la parrilla más de la cuenta. La consecuencia inevitable es que la carne se queme por fuera y no se haga por dentro, cuando en un asado, parrillada o barbacoa, lo que queremos es una carne que se haga lentamente, para que esté jugosa y sabrosa.
5. Poner la carne directamente de la nevera
Salvo que quieras que la carne te quede dura, no la pongas en la parrilla directamente de la nevera. Es mejor que la carne se atempere unas horas antes de cocinarla, el calor de las brasas ya se encargará de eliminar cualquier atisbo de vida bacteriana que haya podido revivir en ese periodo de tiempo.
6. Quitarle la grasa a la carne
Ya hemos comentado que la grasa es en parte responsable de ese ahumado tan propio de las parrilladas, así que quitarle la grasa a la carne es un sacrilegio en plena regla. Si no te gusta, puedes quitársela a la hora de comer, pero nunca antes de echarla a la parrilla.
7. Darle la vuelta a la carne con un tenedor
Pinchar la carne con el tenedor de la parrilla para darle la vuelta es un clásico error de principiante. Lo último que queremos es que la carne pierda su jugo, y si la pinchamos es exactamente lo que ocurrirá, aunque sea gota a gota. Para evitarlo, usemos unas pinzas.
8. Cortar la carne para comprobar si está hecha
Ocurre lo mismo que si la pinchamos con un tenedor, pero a lo bestia. Es como abrir una herida en la carne para que se desangre por ahí. Si quieres saber si la carne está hecha o no, presiónala con el dedo, si recupera la forma rápidamente, está en su punto.
9. Andar con prisas
Las prisas nunca han sido buenas consejeras, y a la hora de preparar un asado o una barbacoa, tampoco. Si los comensales tienen hambre, que se coman unos panchitos, pero avivar las brasas y darle muchas vueltas a la carne para que se haga antes no es ni de lejos una buena idea.
10. Servir la carne en bandejas metálicas
Parece una tontería, pero no lo es. Servir la carne en bandejas metálicas, parte del menaje habitual de las barbacoas y parrilladas, contribuye a que la carne se enfríe rápido, ya que el metal hace de difusor del calor. Lo ideal es servir la carne en pequeños braseros para que mantenga su temperatura, y si no puede ser, en tablas de madera.
11. Disfrazar la carne con salsas
Con todo el esfuerzo y dedicación que le hemos puesto a preparar la carne, no vayamos a disfrazarla ahora con salsas varias, ya sea chimichurri o ajoaceite, por mencionar dos habituales a cada lado del charco. Si la carne es buena y está bien preparada, es todo lo que le hace falta.
En fin, espero que os hayan servido estos 11 errores que debes evitar si invitas a un argentino a una barbacoa. Yo a menudo peco de impaciente en varias partes del proceso, y se hago la carne más rápido de lo que debería, así que me aplicaré también el cuento.