Daniel Sánchez Arévalo nos llama ladrones e incultos

daniel

Daniel Sánchez Arévalo me pareció con su €˜Azuloscurocasinegro€™ uno de los valores más prometedores del nuestro queridí­simo cine. Una buena pelí­cula que demuestra que aquí­ aún tenemos ideas, que no necesitamos ir con la cabeza baja ni tirar piedras contra nuestro propio tejado. Premiada merecidamente en los Goya, hizo que nos quedáramos con el nombre de su director (¿Cuántas ópera primas pasan totalmente desapercibidas y en un breve tiempo parece que no existieran ni ellas ni sus artí­fices?)

El señor Sánchez Arévalo, aparte de director de cine en un mercado tan difí­cil como el nuestro, también dedica su tiempo (supongo que ser director de cine español te deja mucho tiempo libre) a escribir en un diario de la importancia de El Paí­s, pequeños artí­culos de opinión. Y ayer se lució el tipo, tanto que uno no puede callarse ante sus palabras…

Vamos por partes

€œ¿Qué haces, Dani? No seas cutre€. Estamos en la FNAC. Oskar me ha pillado en la sección de cine español, poniendo mi pelí­cula en la parte delantera del expositor. €œCoño, para que se vea. ¿No has oí­do hablar de la compra impulsiva?€. €œQué vergí¼enza, te ha visto un dependiente, y yo creo que te ha reconocido. Te ha mirado con cara de pensar: ya está aquí­ el mendigo del cine español€. Nos vamos.

Bueno, que un director de cine español se pasee por la FNAC para echar un vistazo, y se preocupe de que su única pelí­cula como director (ya tiene en camino otra, suponemos que la estrenará en el transcurso de los próximos 20 años) esté bien visible para que los clientes se la lleven, alegando no sé que paja mental sobre la compra impulsiva, me parece una escena delirante, surrealista, y soy capaz de pedirle al mismí­simo Daniel que la repita para poder verlo con mis propios ojos.

Paseamos por la Gran Ví­a. Hace mucho que no mato a nadie. Pienso en matar al dependiente de la FNAC.

Yo a veces también pienso en ello, pero en mi caso es porque cuando les preguntas por una pelí­cula de Yasujiro Ozu, por poner un ejemplo, no tiene ni pajolera idea de lo que les estás hablando y son capaces de enviarte a la sección de videojuegos. En el caso de Dani (vamos a llamarle así­, que ya lo sentimos de la casa) es porque el dependiente esconde su pelí­cula. Por algo será. A lo mejor el dependiente ése no sabe que la pelí­cula de Dani es buena, que realmente merece la pena, y la esconde avergonzado porque piensa que en un tí­tulo español las palabras tienen que ir separadas con espacios. O a lo mejor está hasta los mismí­simos de que Dani vaya todos los dí­as a la FNAC a comprobar cómo van las ventas de la única copia que tienen de su pelí­cula.

Ahora un párrafo más largo, pero tranquilos, es necesario.

Pero de repente cruzo delante del Palacio de la Música y del Avenida. Las marquesinas están desmanteladas. Los edificios desnudos. La gente se queja de que no deberí­an desaparecer esos cines. Hay que cargarse a los responsables del cierre. Sí­, pero ¿quiénes son los responsables? ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a esos cines? Esos cines seguirí­an abiertos si no dieras la vuelta a la esquina y compraras la pelí­cula que están proyectando en un top manta; si no llegaras a casa y te bajaras los estrenos por el eMule. Esos cines cierran porque no dan un duro, porque nadie entra. Para eso mejor que no estén. Yo te juro que prefiero que construyan un H&M descomunal antes que ver un elefante muerto en medio de la Gran Ví­a. Nos lo merecemos. Por gilipollas, ladrones, paletos e incultos. Porque nosotros somos los responsables.

Claro, Dani, claro. Ahora resulta que nosotros somos gilipolllas por bajarnos estrenos de la red, única y exclusivamente por eso. Claro, pero no dices nada de que muchos de esos estrenos tardan meses en llegar aquí­ (€˜El tren de las 3:10€™ con dos actorazos como Christian Bale y Russell Crowe se estrena el mes que viene, un año después de su estreno americano. ¡¡¡Un año!!!), que las distribuidoras españolas tratan el cine como basura desde hace décadas. Nos toman por tontos, y ahora resulta que somos nosotros los que tenemos la culpa. A ver si os enteráis de que es nuestro grito de rebeldí­a a vuestra modorra y egoí­smo, que entre que todos queréis chupar del bote y demás vainas, los perjudicados somos nosotros. Pero no, según tú, la culpa de lo mal que os van las cosas, es del espectador.

Ahora resulta que nosotros somos unos ladrones por bajarnos pelí­culas que de ninguna otra forma podrí­amos conseguir, ya que las distribuidoras en ese campo nos vuelven a tratar exactamente igual. Poder ver films mudos de Ford o tratar de acercarnos a otras cinematografí­as como la oriental está prohibido. Y la gente que se esfuerza en hacernos llegar esos films, merece la cárcel, supongo.

Ahora resulta que nosotros somos unos paletos por impedir que los cines tengan vida. Claro, pero no dices nada de que muchas distribuidoras exigen el 80% del taquillaje de una pelí­cula, y con el resto apenas se puede vivir. Pero no, los culpables somos nosotros los espectadores que nos quejamos del excesivo coste de una entrada de cine, y preferimos bajarnos los estrenos por la mula.

Ahora resulta que nosotros somos unos incultos porque compramos pelí­culas en el top manta, cosa que un servidor jamás ha hecho en su vida, pero bueno. Claro, Dani, claro. Todos sabemos que vender pelí­culas de esa forma es totalmente ilegal, pero nosotros nos las arreglamos para citarnos con nuestro €œcamello de pelí­culas de estreno€ en un lugar donde nadie nos vea, y nos hartamos a comprar pelí­culas. Andamos a las escondidas, Dani. Tu imagí­nate que en plena Puerta del Sol uno de esos individuos tuviese desplegadas todas las pelí­culas en pleno suelo a la vista de todos. No podrí­amos ni acercarnos, porque la policí­a se nos echarí­a encima, y todos sabemos de sobra que el top manta también vive del cine español.

Volvemos a la FNAC (todos los caminos conducen a la FNAC). Mi pelí­cula ya no está en el frente de batalla. €œ¿Ves?, compra impulsiva, alguien la ha visto y se la ha llevado€. Oskar la descubre en las trincheras, tapada, donde estaba antes. El dependiente me mira mal. Ha sido él, seguro que ha sido él. La cojo y la vuelvo a poner ahí­ en primera lí­nea de la parrilla de salida. Luego no mato al dependiente ni nada. Me limito a decirle con la mirada: €œNo soy un mendigo del cine español. Soy un mendigo del cine. Punto€.

¿Qué dices Dani? No seas cutre. Con todo el talento que posees, con el que serí­as capaz de desmarcarte de la mediocridad reinante en ésta nuestra España, y vas y te quejas en plan llorica como el resto. Y sólo os pasa a vosotros. Yo jamás he oí­do declaraciones de Spielberg o de Eastwood quejándose del top manta o las descargas por Internet.

Ayer estuve en la FNAC (efectivamente camine por donde se camine, siempre se termina en la FNAC), y vi tu pelí­cula en el frente de batalla, pero me llevé €˜Espí­ritu de conquista€™ de Fritz Lang. Pero alguien a mi lado sí­ se la llevaba, y decí­a que si no fuera por la red no la habrí­a conocido. Lo que son las cosas, ¿eh Dani?.

Fuente: El Paí­s

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2 comentarios

  1. Lo primero ese Dani, deberia aprender es que es un ladron, solo hay que fijarse en el precio de las entradas, y que dejen de meterse con las descargas por la red, que gracias a ellas, no me he comprado un yate con lo robado, sino que me he comprado peliculas y musica totalmente desconocidas para mi hasta que las vi o escuche en la red, un ejemplo: La Pelicula THE JAZZ SINGER (1980) la cual me costo MUCHISIMO encontrar.

    Se quejara, pobrecito, no como yo, que vivo como un rey con mis 870 euros mensuales.

  2. Contesto un poco tarde, pero contesto.

    El Dani este, tiene que pensar una cosa en lo que a los cines se refiere:

    – Antes, tu ibas a la carniceria y pedí­as un kilo de lomo cortado muy fino. Ahora te vas al mercadona y compras la bandeja de lomo sin más. Pero es más barato.

    – Antes, tu ibas a comprarte ropa a la tienda de la esquina de tu casa, y te ayudaban, te pedian la talla si no la tenian, te hacian un arreglillo si era necesario. Ahora te vas al Zara y si algo te va, bien y si no, te jodes. Pero con todo y con eso, es más barato.

    – Antes te ibas al carpintero y te hacian el mueble a medida que te durarí­a un siglo completo (mas de lo que vas a vivir). Ahora te vas al Ikea, tu te lo montas, tu te lo llevas y la calidad es justilla, con lo cual te dura lo que te dura el alquiler del piso. Logicamente es descaradamente mas barato.

    – ANTES tu te ibas al cine, tenias dos pelis por el precio de una, con suerte te proyectaban un corto, si llegabas tarde no pasaba nada (sesion contí­nua), y las palomitas eran caras, pero no llegaban a costar lo mismo que la entrada.

    AHORA, solo puedes ver una peli, los cortos solo son para estudiantes y para participar en festivales, tienes que llegar a la hora o te jodes, y las palomitas cuestan lo mismo de la entrada. ¿Sabes cual es el siguiente paso? El dia del espectador ya no tiene descuento en las proyecciones 3D en algunos cines, con lo cual también está condenado a desaparecer.

    Voy al cine todo lo que puedo (siempre y cuando me interesen las peliculas). La ultima que vi fue E.T. y Regreso al Futuro en una sesion doble que hicieron aqui en Barcelona y es 1000 veces mejor que irte al multicine del centro comercial, ya no por lo barato, si no por la CALIDAD. 1.800 localidades el primer dia de proyeccion y 1.400 el segundo. ¿Eso no quiere decir algo?

    Por mi que desaparezcan. Cuando tienes un negocio que funciona y el tiempo pasa, o te reinventas o mueres. Y las salas de cine en España solo han hecho que bajar la calidad y subir el precio por la puta avaricia. Merecen perecer y caer en el olvido sin importar lo gloriosas que fueran en el pasado.