Alcohol y bebidas energéticas, un cóctel peligroso
El efecto estimulante de las bebidas energéticas junto a la sensación de euforia ocasionada por el alcohol hacen de su combinación una bebida muy atractiva para jóvenes que buscan aguantar en pie las largas noches de fiesta. Frente a la expansión de esta práctica, los especialistas advierten de los efectos adversos de la mezcla, con la que la percepción de embriaguez se difumina, el consumo de alcohol es mayor y la intoxicación, más grave.
Médicos del Hospital Parc Taulí de Sabadell (Barcelona) e investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) alertan de que el consumo de tan solo dos combinados de bebidas energizantes y alcohol puede producir intoxicaciones agudas. La mezcla de ambas sustancias ya no era recomendada, sin embargo, su popularidad no deja de crecer y, en paralelo, aumentan los casos de intoxicaciones graves entre los más jóvenes.
En un artículo publicado en la revista ‘Medicina Clínica’, María Luisa Iglesias, investigadora del Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la UAB y directora del Servicio de Urgencias del Hospital Parc Taulí, advierte que el consumo de este cóctel, incluso en cantidades moderadas, es «una práctica muy habitual entre los jóvenes que salen de fiesta por la noche y puede tener consecuencias graves».
La especialista explica el caso de un joven de 19 años que llegó al servicio de urgencias del hospital de Sabadell con náuseas, vómitos y temblor en los párpados, los brazos y las manos, después de consumir dos latas de estas bebidas con vodka. En los cócsteles, el paciente había consumido 160 miligramos de cafeína y 2 gramos de taurina, los principales ingredientes activos de este tipo de bebidas, mezclados con alcohol.
Carmen Guimeráns, psicóloga clínica y directora de la Unidad Asistencial de Alcoholismo de Vigo (Asvidal), asegura que no es necesario trasladarse al extremo opuesto de la península para encontrar casos de intoxicaciones graves causadas por esta combinación. «Precisamente estos días hemos visto el caso de un chico que con una alta tasa de alcoholemia pudo coger el coche, sin notar ningún efecto. ¿Cómo puede mantenerse en pié con la cantidad de alcohol que ha ingerido? Pues, por esta unión con la bebida estimulante, que te hace creer que estás en buenas condiciones, estas personas se creen más capaces que una que solo ha ingerido alcohol». Sin embargo, el joven se encontraba en una situación de embriaguez intensa. «No es que la unión cause una intoxicación», explica la experta; por una parte, «la bebida te estimula, no notas los efectos de embriaguez, con lo que continúas bebiendo. Entonces aparecen las intoxicaciones graves».
Los efectos de la mezcla
Por otra, el alcohol potencia la aparición de los efectos adversos de las bebidas energizantes: la cafeína estimula el sistema nervioso central y cardíaco, facilita la liberación de catecolaminas, como la adrenalina y la dopamina, y estimula la vasodilatación, mientras que la taurina incrementa la contractilidad cardíaca. Este tipo de bebidas también presentan inositol, que potencia la acción de la cafeína y de la taurina.
Por todo ello, los investigadores de la revista médica recuerdan que las bebidas energéticas están contraindicadas para personas con enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, trastornos cerebrales neurológicos, embarazadas, menores de 16 años y diabéticos.
Para la doctora María Luisa Iglesias, «el consumo de bebidas energizantes combinadas con alcohol se ha convertido en una práctica barata y popular entre la juventud para evitar la resaca y poder estar de fiesta hasta la madrugada». «Sin embargo, antes de tomarlas es necesario conocer las reacciones adversas de estas bebidas, las contraindicaciones, la idiosincrasia personal y las asociaciones peligrosas, como el alcohol», indica.
Carmen Guimeráns insiste en no alarmar sobre el consumo general de ambas sustancias. «Es lo de siempre: el alcohol en sí no es el problema, sino cómo lo consumes. No vamos a demonizar el alcohol ni las bebidas energizantes, pero sí tenemos que ser consciente de los riesgos que se asumen cuando se consumen estas bebidas». A la hora de conducir, mantener relaciones sexuales o en condiciones de salud delicada, por ejemplo, especifica la directora de Asvidal.
Alcohol a atracones: secuelas
Con el consumo irresponsable surgen «situaciones problemáticas derivadas, por esa falsa sensación de control sobre lo que pasa, y que hace más dramática la situación de consumo perjudicial que hacen nuestros jóvenes», susceptibles de arrastras sus consecuencias a largo plazo. Hace un año, recuerda, se encontró con el caso de «un chico joven, que no sabía que tenía problemas de corazón. Consumió alcohol en gran cantidad con bebidas energizantes». En consecuencia, sufrió una parada cardíaca que lo dejó sin oxígeno durante unos segundos y unas secuelas con las que tendrá que convivir.
Al nocivo y creciente hábito de combinación entre bebidas estimulantes y alcohol, se suma la de la práctica de consumo intensivo. «Siempre se ha bebido, es cierto, pero no como se hace ahora: se bebe mucho en poco tiempo. Eso implica una alta concentración en sangre y una alta toxicidad» con efectos adversos que persisten, asegura el doctor Fernando Cadaveira, oordinador del grupo de investigación en neurociencia cognitiva y afectiva en la Universidad de Santiago de Compostela.
Las principales líneas de investigación de su grupo se orientan hacia el estudio de los efectos del consumo intensivo de alcohol (también conocido como «binge drinking») entre jóvenes. Los efectos adversos pasan por «daños neuroestructurales y del nivel funcional», tales como problemas de atención o deterioro de capacidad memorística a corto y largo plazo.
Desde la Unidad Asistencial de Alcoholismo de Vigo, su directora asegura :»Tenemos intención de comenzar a hacer un registro intensivo de la combinación de estas sustancias y sus consecuencias. Estamos viendo que la situación en la gente joven está teniendo unas consecuencias muy peligrosas, agravadas por combinaciones como estas».