Ver a Julio Iglesias mientras comes te puede costar 1.600 euros

Ver a Julio Iglesias mientras comes te puede costar 1.600 euros
El artista ofreció una cena con concierto en un hotel de Estepona a la que acudieron miembros de la Casa Real Saudí­ y destacados empresarios
Unas 200 personas, entre ellas miembros de la Casa Real saudí­, una princesa alemana y destacados empresarios, pagaron 1.600 euros (unos 2.490 dólares), por una cena con concierto de Julio Iglesias, y algunos llegaron incluso a ofrecer 5.000 pero se quedaron sin entrada…

En la lujosa fiesta, que se celebró este sábado en un hotel de la localidad malagueña de Estepona, también estaba la mujer del artista, Miranda, quien siguió la actuación junto al presidente del grupo turí­stico Globalia, Juan José Hidalgo.

Entre los asistentes figuraban famosos de hasta 17 nacionalidades que acudieron a la exclusiva cita en Las Dunas Beach Hotel & SPA, un cinco estrellas gran lujo de la Costa del Sol española.

Muchos se desplazaron con su jet privado; otros en descapotables, Rolls Royce o Mercedes, hasta el lugar de la actuación, una de las pocas previstas en España por Julio Iglesias, quien ya ha pasado por Sudáfrica y acabará su gira en Nueva Zelanda después de pasar por «casa».

«Si se van esta noche y hacen el amor en vertical, el año que viene les cobraremos más», bromeó con los asistentes.

Para despedirse, Julio Iglesias aclaró que no canta por dinero: «canto porque si no canto me muero, porque me siento bien en mi casa, que es el escenario».

El menú de la velada: foie gras marinado al néctar de melón con corazón de chocolate y caviar beluga imperial; rosas de rodaballo sobre fondo cí­trico de noche de verano; solomillo de buey de kobe con trufa negra sobre mousseline de chiriví­a con salsa de barolo; y de postre, sombrero del caballero con rubí­s de frambuesas y salsa de chocolate blanco.Y todo regado con abundante champán Dom Perignon.

El cantante se dirigió al público en inglés y en español en la hora y media larga que duró el concierto, que arrancó con su Quijote y cerró con su Me va, me va.

Algunos de los asistentes se alojaron en el hotel que acogió el espectáculo y que no tiene habitaciones normales, sólo suites de hasta tres dormitorios.

Llego a ser yo y como mucho le pago en especias, una wenas patás en los coj****

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