Un preso se amputa el pene tras rechazar su mujer un vis a vis

Un interno con patologías psiquiátricas del centro penitenciario Puerto III de El Puerto de Santa María (Cádiz) se amputó en la tarde-noche del día de Nochebuena su pene después de que su mujer no quisiese ir a comunicarse con él en un vis a vis íntimo.

Así lo ha denunciado la Asociación Tu Abandono Me Puede Matar en una nota, en la que señala que los trabajadores penitenciarios se encontraron la imagen «dantesca» con la celda «llena de sangre y el reo desangrándose por dicha mutilación».

Al ver lo sucedido, los agentes procedieron a avisar rápidamente a los sanitarios del centro que se personaron inmediatamente en el departamento, según ha informado la asociación en una nota, que detalla que el interno, con patologías psiquiátricas del módulo 10, se amputó su miembro después de que su mujer rechazase un vis a vis íntimo.

Desde la Asociación Tu Abandono Me Puede Matar denuncian la falta de centros penitenciarios psiquiátricos, así como psiquiatras para éste tipo de internos, así como la falta de formación de los trabajadores penitenciarios y a la deficiente clasificación» de los internos por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.

AGRESIÓN A FUNCIONARIOS

Por otra parte, desde la asociación denuncian otro caso de agresiones también en el Centro Penitenciario Puerto III, después de que se comenzase a realizar cacheos en las celdas por las sospechas de que había un móvil repartido entre los internos del módulo 15.

Tras realizar un cacheo en la celda de un interno se detecta una tarjeta SIM en un enchufe; el reo al verlo se exalta negando su pertenencia y acusando a los trabajadores de habérselo dejado ahí, arremetiendo contra los funcionarios.

En concreto, propinó una patada al funcionario más cercano a él y un empujón en el pecho y un puñetazo en el costado a otro, tras lo cuál reaccionaron el resto de compañeros y redujeron al preso después de un forcejeo y resistencia del mismo, mientras que los trabajadores tuvieron que recibir asistencia sanitaria en el centro.

Con un amplio historial de agresiones a los funcionarios, el interno no paraba de tirarse al suelo delante de las cámaras, insultar y amenazar continuamente durante su traslado y, debido a las últimas instrucciones que ya casi no permiten la sujeción mecánica, únicamente se le aísla provisionalmente, explica la asociación

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