Prostitución infantil en la frontera México-EE.UU

Hasta 50 mil menores de edad, especialmente niñas, son ví­ctimas de explotación sexual a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, según cifras que manejan algunas organizaciones locales.

«La explotación sexual de personas ocupa el tercer lugar, por detrás del narcotráfico y la venta de armas, entre los negocios ilegales más lucrativos del mundo», le dijo a BBC Mundo Melissa Snow, de la organización Shared Hope (Esperanza Compartida), que combate el tráfico de personas en todo el mundo. Según la organización, las bandas de comercio sexual reclutan a sus posibles ví­ctimas entre las poblaciones y los grupos más vulnerables y después las venden a burdeles «que están por todo Estados Unidos».

Snow cita un caso de un «reclutador» de niñas a quien le encargaron llevar diez menores desde México a Nueva Orleans, pero la operación se vio frustrada por las autoridades de Estados Unidos. «Lo que hizo fue empezar a buscar en San Antonio (Texas) niñas con caracterí­sticas étnicas similares a las de México para poder cumplir con el encargo», cuenta la vocera de Shared Hope…

«A los dos lados»

Como si se tratara de cualquier otra actividad comercial, Snow explica que «este es un mercado fuertemente impulsado por la demanda». Es decir, que cada vez hay más «clientes» pagando por tener contacto sexual con menores de edad. «Se aprovechan de que muchos menores de entre 12 y 17 años llegan a la zona fronteriza porque quieren cruzar al otro lado», afirma Marisa Ugarte, del Bilateral Safety Corridor (Corredor de Seguridad Bilateral), una organización que aboga por la protección de los menores en los dos lados de la frontera.

Muchos de estos menores quieren intentar el cruce por sí­ solos, pero otras veces han sido llevados hasta ese lugar bajo engaño de personas que les ofrecen educación y una vida mejor. «Son forzados a hacer muchas cosas con la falsa promesa de que los van a pasar al otro lado», afirma Ugarte. Marisa Ugarte añade también que este negocio va acompañado de corrupción a los dos lados de la frontera y que en México, muchas de estas organizaciones de traficantes de menores operan en conjunto con los poderosos carteles de la droga de México.

«Camino a casa»

Frontera México-Estados Unidos
La frontera es terreno fértil para los negocios ilegales.
Parte del problema son los niños que llegan solos a la zona fronteriza desde los dos lados. Tanto los que quieren cruzar hacia Estados Unidos como los que son deportados desde ese paí­s están en una situación que los hace más vulnerables de caer en las manos de los traficantes. Esta semana, un senador federal mexicano, Antonio Valladolid, propuso una iniciativa para lograr que estos niños sean devueltos de inmediato a su lugar de origen, sin ser procesados como adultos indocumentados y sin pasar por los centros de acogida de menores.

En el estado de Sonora, por ejemplo, una iniciativa similar -llamada «Camino a casa»- ha logrado que vuelvan a sus hogares más de 27.000 menores, según cifras que publica el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en su página de internet. Del lado estadounidense el Bilateral Safety Corridor y otras organizaciones trabajan con el Departamento de Justicia y las policí­as de la zona en un programa piloto para entrenarlos en cómo tratar a los menores ví­ctimas de explotación sexual.

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