Mata a su familia, se cambia de sexo en la cárcel y se casa con otro recluso
Va de culebrones argentinos la cosa.
El otro día os contábamos el caso de un joven que había dejado embarazadas a la vez a su novia y a la madre de ésta (a su suegra) y hoy os traemos otro caso real que potencialmente puede ser el guión de una telenovela.
La protagonista es Marilyn aunque no nació con ese nombre.
Su verdadero nombre es Marcelo Bernasconi y su nombre ha saltado estos días a los medios argentinos por su rocambolesca historia.
En marzo de 2010, según podemos leer en el diario argentino La Razón, Marcelo fue condenado a cadena perpetua por matar a su madre y a su hermano un año antes.
Al parecer, Marcelo estaba harto de que ninguno de ellos consintiera su condición sexual: Marcelo era gay.
La gota que colmó el vaso de la paciencia de Marcelo fue cuando su madre y su hermano le insistieron para que admitiera que había estado con otro hombre cuando, según él, había estado con una amiga.
Ni corto ni perezoso, le pegó un tiro a cada uno y los mató. Él dijo que habían querido robar en casa.
La vida de Marcelo cambió. Entró en la cárcel, se hizo mujer y ahora se ha casado con otro recluso.
«El casamiento no tiene motivos reivindicatorios, surge de un deseo personal. Pero sí espero que le abra las puertas a otras personas privadas de la libertad que quieran hacer lo mismo», ha dicho Marilyn (anteriormente Marcelo).
Su boda se ha convertido en una de las primeras homosexuales dentro de las cárceles argentinas.
Por cierto, Marilyn está a la espera de una resolución judicial que podría revocar la condena a cadena perpetua ya que, según su abogado, actuó trastornado y bajo emoción violenta.