Los diez mandamientos del hipster
Las gafas es complemento sine qua non para identificarse. Allí donde hay unas gafas (de pasta a ser posible), hay un hipster. Lo de menos es que estén o no graduadas. Lo importante es el postureo y el ataviarse para conseguir ser uno más de la manada.
Los pelos, mejor cuanto más largos. No está del todo claro que sea tanto una cuestión de moda como una forma de ahorrar en peluquería; lo único cierto es que en verano los hipsters pasan mucho calor. Porque por el segundo mandamiento, ellos han de llevar la barba tan larga y poblada como puedan, mientras que para ellas reservan melenas que podrían estar inspiradas en la mismísima Barbie.
Los diseños nuevos serán para ti demodé. Solo tendrás ojos para vestidos, faldas, pantalones y jerseys, grandes y abundantes, de décadas anteriores o inspirados en ellas. El armario de tu abuela y las tiendas de segunda mano serán tus principales fuentes de atuendo, aunque tampoco descartarás ciertas colecciones nuevas de alguna que otra tienda de origen sueco….
Con lo que te ahorras en cortes de pelo y afeitados, inviertes en otros placeres. Uno de ellos es degustar todas las cervezas gourmet de las que hayas oído hablar, para así juzgar en boca propia si tiene tanto cuerpo y tanta presencia cómo dicen. Porque el hipster no se fija en cualquier cosa, el hispter siempre apuesta por lo más exclusivo y desconocido.
Porque los grupos mainstream son para la plebe y tú siempre irás un paso más allá. Las radiofórmulas no están hechas para ti, aunque luego en el fondo te sepas más de la mitad de los estribillos que suenan en Los 40 Principales, y tu emisora de cabecera será Radio 3. En cuanto a los jerseys de cuello, es que en invierno son de lo más calentito.
Cuanto más viejos parezcan, mejor. Aunque hayan abierto sus puertas hace apenas un año. Lo importante es ese aspecto antiguo, con olor a alcanfor. La cuestión es estar en un ambiente bohemio, en el que acabarás pagando por una cerveza cinco euros. Pero no importa, porque te sentirás como en casa… de tu abuela.
No contamina y te desplaza rápido al tiempo que te pone en forma. Es el vehículo hipster por excelencia, pero debería serlo de todo el mundo. Lo suyo son todo ventajas, así que poco más que añadir. Bien por los hipsters.
Steve Jobs es tu único Dios y ni por un momento permitirás a Bill Gates pasar por tu mente. Ni de soslayo. En lo que a informática se refiere solo hay un icono para ti, el de la manzana mordida, y aunque el creador de Apple nos haya dejado, seguirás a su sucesor Tim Cook en todas y cada una de las presentaciones que se hagan al mundo desde Cupertino.
Que se acabe o no el atún rojo no es tu principal prioridad, lo importante es que esté bien preparado con un arroz en su punto y una sabrosa alga nori. También te interesarás por el sashimi, la tempura o la sopa de miso, así como el helado de té verde, el yakitori y todo aquello que te suene japonés y a comida. Itadakimasu (que es algo así como ‘buen provecho’).
Los éxitos de ventas no existen para ti. No sabes quién es Torrente, Tom Cruise, Edward Cullen o Harry Potter. Solo mirarás películas en cuyos créditos aparezcan nombres como Lars Von Trier, Michael Haneke, Ingmar Bergman o Emir Kusturica. Y si alguno de estos directores consigue reventar taquilla con una película de cine de autor, podrás decir sin miedo que has visto un taquillazo.