Como vivir en 2.2 metros cuadrados
La ley asignaba 2.2 m2 por adulto y la mitad por cada hijo menor de 12 años, en viviendas que no eran más que diminutos cubículos a menudo ocupados por más de una familia, debido a la extrema escasez de viviendas disponibles.
No me extrañaría que en España, visto lo visto, acabáramos en breve así.

La imagen actual de Hong Kong es la de una ciudad de relucientes rascacielos y centro de complejos financieros donde se cierran los mayores acuerdos económicos del mundo, pero al otro lado del puerto el fuerte olor a diésel y basura flota en el aire a través de calles estrechas y oscuras, justo allí donde se encuentra el complejo de viviendas públicas Shek Kip Mei Estate. Cientos de bombillas desnudas se mecen sobre una ligera brisa tras las ventanas abiertas de este complejo, la primera urbanización pública en Hong Kong, construido originalmente como una respuesta de emergencia al terrible incendio que estalló en Shek Kip Mei en la víspera de Navidad de 1953. El 24 de diciembre de ese año se declaró un terrible incendio, alrededor de las 2.30 de la madrugada, que dejó a 53.000 personas sin hogar.

Para superar la urgente necesidad de reasentamiento y maximizar la utilización del espacio, la finca fue construida con un enfoque funcionalista utilizando las estructura más simples sin ningún tipo de decoración. Según las declaraciones de Wong Kan, un residente de 84 años de edad: €œDos o tres familias se apiñaban en cada uno de estos pequeños habitáculos. Había 8 personas en mi familia y compartimos este piso con otra familia de 9 personas más. Los espacios privados eran muy limitados y los vecinos de la misma planta teníamos que compartir el mismo cuarto de baño y cocina. Estabamos masificados y la higiene brillaba por su ausencia. Los servicios básicos eran insuficientes con restricciones continuas de agua y el suministro de electricidad no era fiable pero antes del incendio vivíamos en cabañas de madera y planchas de hierro, muy peligrosas y vulnerables. Estas viviendas son para nosotros un avance notable y a pesar de que son muy pequeñas y están atestadas de personas, son más seguras y acogedoras€.

Debido al rápido desarrollo de la economía y los cambios en la política de vivienda, se alentó a los jóvenes a salir de los alojamientos públicos y éstos se han ido vaciando poco a poco quedando en la actualidad residiendo una gran mayoría de ancianos. Estas personas han vivido aquí por generaciones y aunque saben que es inevitable que pronto desaparezcan sus viviendas, quieren que se les recuerde y se reconozca el valor de esta antigua finca como un icono histórico significativo y parte de la memoria colectiva de Hong Kong.

La finca se compone actualmente de 26 bloques que contienen 7.363 pisos de entre 11,1 y 55,7 metros cuadrados de superficie construida. Todos los edificios levantados antes de los 60 fueron demolidos el 20 de junio de 2007, excepto el Bloque 41 que está reservado para su posterior revitalización y preservación histórica.

Michael Wolf es un fotógrafo y artista alemán que trabajó como fotoperiodista durante ocho años para la revista alemana Stern en Hong Kong. En 2006, Wolf tomó fotografías de los residentes en sus viviendas del complejo público Shek Kip Mei Estate antes de ser demolido, utilizando una lente de gran angular para mostrar ampliamente el interior de 100 de esas viviendas, en un proyecto que denominó €œ100í—100?.

Acompañado por un trabajador social el fotógrafo pasó 4 días yendo de puerta en puerta. Algunas imágenes muestran habitaciones impecables, otras parecen mostrar la más extrema miseria. Casi todos los residentes aceptaron ser fotografiados y a cada uno se les preguntó su edad, cuánto tiempo habían vivido allí, que hacían para ganarse la vida y si eran felices en Shek Kip Mei. Muchos llevaban viviendo en el complejo más de 20 años y casi todos hablaron positivamente de su vivienda.





















