Muerta enfrente de su televisor… 42 años
La policía no daba crédito a lo que estaba viendo cuando entro en el apartamento y se encontró con una escena congelada desde hacia… 42 años. Todo estaba exactamente igual, incluidos los restos momificados de la propietaria de la casa… sentada frente al televisor.
Porque los restos de Hedviga Golic, nacida en 1924, estaban reposando sentada frente a su televisor, 42 años después de denunciarse su desaparición. Aparentemente la señora Golic se preparo una taza de te antes de sentarse en el sofá, para ver su televisión en blanco y negro. Es probable que un infarto sorprendiese a la mujer, que se quedo tal cual estaba… hasta ser encontrada al cabo de 42 años.
La policía croata asegura que la ultima vez que sus vecinos vieron a la señora Golic fue en 1966, cuando contaba 42 años de edad, justo los mismos que pasaron hasta que volvió a ser vista… ya sin vida.
Sus vecinos pensaron que ella se había mudado a la casa que tenia en la capital, Zagreb, y que por eso no la habían vuelto a ver… aunque nada mas lejos de la realidad, ya que tuvo que ser la policía quien la encontrase al entrar junto a las autoridades en el piso en busca del propietario del mismo…
Un portavoz policial dijo que «no tenemos ni idea de como es posible que una persona, cuya desaparicion ha sido denunciada hace tanto tiempo, no fuese encontrada antes en su propio apartamento».
La sorpresa que se llevaron al entrar en el apartamento fue monumental «cuando los oficiales entraron, parecía que el lugar se había quedado congelado en el tiempo. La taza de te que la señora había estado bebiendo aun se encontraba en la mesa junto al sofá donde reposaban sus restos. «La casa estaba llena de objetos que nadie ha visto durante décadas. Nada había sido movido ni cambiado en todo este tiempo».
Jadranka Markic tenia 9 años cuando Hedviga desapareció. «Todavía la recuerdo, era una mujer tranquila y callada. Todos pensamos que se había mudado a otra ciudad con su familia». Mas que a otra ciudad… la mujer se fue al otro barrio… o al otro mundo!