LE PROHíBEN LA ENTRADA EN €œTODAS LAS BIBLIOTECAS SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA€ POR MASTURBARSE EN UNA
En lo que es posiblemente la más desproporcionada sentencia entre delito y pena, un tribunal de Wisconsin ha condenado a un joven de 20 años a no volver a entrar en ninguna €œbiblioteca sobre la faz de la Tierra€. ¿Su infracción? Masturbarse en la biblioteca pública de Racine, una ciudad del citado estado de EEUU.
Tyree Carter estaba el pasado miércoles en segunda planta de la citada biblioteca, intentando estudiar pero incapaz de concentrarse. Apenas eran las 9 de la mañana cuando el joven hizo realidad su lúbrica fantasía: masturbarse en aquel santuario de la cultura. Pero no estaba solo, como creía: una bibliotecaria asistió al lascivo espectáculo -€estaba de pie y en ningún momento trató de disimular€, declararía posteriormente en el juicio- y decidió llamar a la policía.
Minutos después se presentaba en la escena del crimen la unidad policial de Racine. Para entonces, Carter había concluido su ofrenda a Onán. €œ¿Sabes por qué estoy aquí?€, preguntó el patrullero al joven. €œNi idea€, contestó éste, haciéndose el sueco. Sin embargo, el joven masturbador no tardó en derrumbarse y admitir su culpa entre sollozos: €œEs la primera vez que hago esto en público€, admitió. Mala suerte: en Wisconsin no se andan con contemplaciones ante estos comportamientos depravados, y el chaval fue conducido expeditivamente a la cárcel del condado. La fianza fue establecida en 1.000 dólares.
Al día siguiente, Carter fue condenado a un año de cárcel y 11.000 dólares de multa, aunque logrará esquivar la condena con una condición: que no vuelva a pisar ni una sola biblioteca del planeta, según la sentencia. Puede que Wisconsin se esté perdiendo a un brillante científico o un gran escritor, pero a cambio puede que haya ganado un exhibicionista o un violador en serie.