El ‘top ten’ de excusas para romper con tu pareja

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Sea una relación de años o un ‘affaire’ de verano, romper con la pareja es siempre desagradable. ¿Quién no ha pasado por ese mal trago? O, peor aún, ¿a quién no le han dado una mala excusa para justificar la decisión? Hacemos una recopilación de algunas de las peores cosas que se pueden decir en esa situación. Aunque, al final, parecen inevitables…

    • ‘Te prefiero como amigo’: Es la frase manida por excelencia. Y, sin embargo, no cesa de salir una y otra vez… Chicos, chicas, en serio, decir esto es ofensivo. Es como rechazar a una chica con aquello de «no, si me pareces muy simpática…». Las dos partes sabéis bien que después no seréis amigos ni falta que os hace. Gracias si no quemáis en una enorme hoguera vuestras respectivas pertenencias.
    • «Te dejo porque no quiero hacerte daño». El paternalismo, la insoportable conmiseración que destila esta idea, hará que él o ella te recuerde durante toda su vida. Y no precisamente bien. Suponiendo que seas sincero (que todos sabemos que no lo eres), ¿quién te crees para decirle a tu pareja lo que le conviene?, ¿su madre? Evítalo, por favor. Le dejas porque ya no te gusta. O porque te gusta más otro. Y punto.
    • «Mereces a alguien mejor que yo». De la factoría «te dejo porque no quiero hacerte daño…» llega ahora esta superproducción de «no solo te dejo sino que me permito decirte lo que te conviene». Con su dosis añadida de chantaje emocional. Vamos a ver, ¿qué quieres? ¿Tú estás rompiendo y es tu pareja quien te tiene que consolar a ti? ¿quieres quedar bien? ¿que te tenga pena? ¡Venga ya!
    • «Me pregunto si puedo vivir solo». Pues hijo, la próxima vez que quieras plantearte un reto juega con tu madre, ¿no? Lo que te pasa, más que probablemente, es que la cosa se ha puesto seria y te aterra comprometerte. Normal. Pero no te engañes ni engañes a quien te ha estado aguantando… que no está el horno para bollos mentales.
    • «En este momento de mi vida quiero centrarme en mi trabajo». Pues más vale que te dure, porque te vas a tener que centrar ahora y para siempre como sigas con esa actitud.
    • «Ya no es como antes». Pues claro que no. Es lo que tienen las relaciones, que evolucionan. Date cuenta además de que al decir eso estás responsabilizando también a tu pareja. Y puede que tengas algo que ver, ¿o no?Y si te refieres al sexo, pues hay soluciones mejores quedaros los dos a pan y agua. Échale imaginación.
    • «No estoy seguro de si soy gay»: O lesbiana, claro, que también se da. Pero sea lo que sea, ¿no podrías haberte aclarado sin utilizar a nadie? Incluso, ¿no podrías saberlo del todo ya y decírselo a las claras? ¡Oh! ¡Cuánto abona esta frase el fértil campo de los celos!
    • «Vivimos demasiado lejos»: Ésta es muy de adolescente, pero muy frecuente en ciertas edades. Está claro que si uno no está dispuesto a hacer el esfuerzo de desplazarse, mal vamos. Así que sí, le dejarás claro que no le interesa nada contigo. Y si se trata del caso de diistintas ciudades recuerda que, aunque el amor en la distancia no es fácil, no seríais ni la primera pareja ni la última que supera esta dura prueba.
    • «No estoy seguro de quererte». ¡Cuidado! ¡Indeciso al canto! O eso, o no te quieres cerrar la puerta del todo. Vaya a ser que después uno mismo se arrepienta de la aventura y quiera volver a lo de antes. «Oye, que en realidad sí que te quería… Lo he estado pensando y sí». Entonces puede ser a ti a quien le den con la puerta en las narices. Piénsalo.
  • «No le caes bien a mi madre»: O a mis amigos, o a mi maestro de Judo. Aquí hay tantas versiones casi como personas. Con esta excusa se queda como un ‘huevón’ papanatas. Todo para que luego llegue otro u otra y sea a tu madre, padre, amigo o compañero de judo al que mandes a freir espárragos. Sabemos que ocurrirá…

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