El mito del tetra brik y la repasteurización de la leche
Uno de los mitos alimentarios más extendidos en Internet es ese que dice que la leche envasada en tetra brik es sometida a una repasteurización cuando caduca, algo que supuestamente se hace hasta cinco veces. Al parecer esto se puede ver en la base del tetra brik, donde figura un número que coincide con los tratamientos que ha sufrido la leche. Por supuesto todo esto es absolutamente falso, algo que quizá ya sepas. ¿Quieres conocer más detalles sobre este mito?…
Desmontando el mito
Con una primera lectura, todo parece indicar que se trata de un «hoax»: no indica la fuente, realiza una alerta y nos pide que reenviemos el mensaje, lo que contribuirá a expandir el bulo.
Extraído de: http://www.trolasenlared.com/2011/06/leche-caducada-leche-repasteurizada.html
Con una primera lectura, todo parece indicar que se trata de un «hoax»: no indica la fuente, realiza una alerta y nos pide que reenviemos el mensaje, lo que contribuirá a expandir el bulo.
Extraído de: http://www.trolasenlared.com/2011/06/leche-caducada-leche-repasteurizada.html
- pasteurización: asegura la destrucción de los microorganismos patógenos, aunque no la de las formas esporuladas. Es un tratamiento suave (se aplican temperaturas inferiores a 100 ºC), así que apenas modifica las características de la leche. Normalmente se aplican temperaturas de 72-75 ºC durante 15-20 segundos. La leche pasteurizada debe mantenerse en todo momento a temperaturas de refrigeración y su vida útil es de entre 5 y 15 días.
- esterilización: la leche se somete a temperaturas superiores a los 100 ºC, lo que asegura la destrucción de los microorganismos patógenos y de las formas esporuladas. La leche esterilizada puede conservarse a temperatura ambiente durante largos periodos de tiempo (en torno a 6 meses). (Como puedes imaginar, en este caso no tendría mucho sentido eso de reciclar la leche, porque al tener una vida útil tan prolongada y ser un producto de consumo habitual, apenas se producen devoluciones por parte del comercio a la industria por motivos de caducidad). Se suele emplear una de las siguientes combinaciones de temperatura-tiempo:
- Método clásico: temperatura de 110-120ºC entre 15-20 minutos. Se emplea para lo que se llama «leche esterilizada», que es aquella que se somete al tratamiento térmico después de ser envasada.
- Método UHT (Ultra High Temperature): temperatura de 135ºC durante 2-8 segundos. Este método es el que se emplea en la leche que se compra habitualmente (leche UHT).
Los envases de Tetra Pak se producen en grandes bobinas como la de la imagen superior. Las bobinas se dividen después en 5 (en el caso de envases de 1 litro) rollos de envases.
Cada rollo de la bobina recibe una numeración que permite identificar en qué pista de la bobina fue producido un determinado envase. Tetra Pak tiene así un control de su producción para garantizar la máxima calidad de los envases.
Los números se imprimen durante la fabricación de los envases en las fábricas de Tetra Pak, mediante diversos sistemas de identificación. Estos números no siempre son visibles, a veces quedan ocultos bajo una solapa. De esa forma, Tetra Pak tiene un control de la producción y así garantiza la máxima calidad de los envases. Un número del 1 al 5 en la base del envase, indicaría a cuál de los cinco rollos de envases de litro pertenece el envase en cuestión.
NO hay ninguna relación entre los números en la base del envase y el producto contenido.
Para más información rogamos contacten con nosotros a través de info.es@tetrapak.com
La leche de consumo es tratada y envasada una sola vez (Comunicado de FENIL: Federación Nacional de Industrias Lácteas)
La leche de consumo que se vende envasada en los establecimientos comerciales, es obtenida exclusivamente a partir de leche cruda a la que le ha sido aplicado un tratamiento térmico, ya sea pasterización, esterilización o UHT.
Una leche envasada a la que ya se ha aplicado alguno de los tratamientos térmicos mencionados, no puede sufrir en ningún caso otro tratamiento posterior, ni ser nuevamente reenvasada para comercializarse como leche de consumo. La legislación no permite esta práctica.
Por tanto, y de acuerdo con la legislación vigente, una leche que no sea vendida, incluso dentro de su plazo de caducidad, no puede, en ningún caso, ser envasada nuevamente para ser comercializada como leche de consumo.
Así, según se establece en el Reglamento Europeo nº 1774/2002 relativo a normas sanitarias aplicables a los subproductos de origen animal no destinados al consumo humano, una leche caducada debe ser retirada del establecimiento comercial y a partir de ese momento se considera como subproducto no apto para el consumo humano y por tanto debe disponerse de ella de forma que en ningún caso pueda entrar en la cadena de la alimentación humana.
Para más información rogamos que contacten con FENIL: info@fenil.org
Pero ¿y si…?
Imaginemos por un momento que lo que se dice en el correo fuera cierto. ¿Sería posible realizar hasta cinco tratamientos térmicos sobre la leche sin que su calidad se viera gravemente afectada (al menos lo suficiente como para poder comercializarla)? No sería posible, debido a varias razones:
¿Y este cuántas veces se ha repasteurizado? (Fuente) |
– cada vez que realizamos un tratamiento térmico sobre la leche, parte de su composición sufre ciertas transformaciones debidas a las elevadas temperaturas. Para conseguir que la leche sea inocua alterando lo menos posible su composición, se aplican bajas temperaturas durante tiempos breves (pasteurización), o altas temperaturas durante tiempos aún más breves (esterilización). Aún así, se producen cambios, que obviamente se acentuarían muy notablemente después de cinco tratamientos, ya que se irían acumulando los efectos producidos por cada uno de ellos. Algunos de estos cambios que, como puedes imaginar, son más acusados en la leche UHT, dan como resultado diferentes compuestos que alteran las características organolépticas de la leche (color, olor, sabor, textura). Se trata de compuestos que aportan sabores tostados y color oscuro (como los que se forman a partir de las reacciones de pardeamiento y caramelización), otros aportan sabor a cartón (debido a la liberación de compuestos azufrados a partir de ciertos aminoácidos), otros aportan olores extraños (debido a compuestos formados a partir de la materia grasa, como las metilcetonas), etc.
– el tratamiento térmico (ya sea pasteurización o esterilización) asegura la inocuidad de la leche durante un determinado tiempo, ya que se encarga de eliminar los microorganismos patógenos. Sin embargo, eso no quiere decir que se abra un paréntesis en la vida útil de la leche cuando se realiza el tratamiento y se cierre cuando llega la fecha de caducidad, ya que las transformaciones bioquímicas, como por ejemplo las reacciones de oxidación y enranciamiento, siguen su curso. Es decir, si por ejemplo la leche estuviera rancia, un tratamiento térmico no solucionaría el problema, sino que lo agravaría aún más.
– ningún tratamiento térmico asegura la destrucción de todos y cada uno de los microorganismos presentes en la leche. Como ya hemos mencionado, la pasteurización solamente destruye algunas de las bacterias que están en forma vegetativa (eso sí, destruye todas las bacterias patógenas). Sin embargo otras bacterias, la mayoría de ellas ácido-lácticas, permanecen en la leche y a medida que pasa el tiempo fermentan la lactosa y forman ácido láctico, lo que provoca entre otras cosas, una precipitación de las proteínas y alteraciones en el sabor, el olor y la textura de la leche. Por otra parte, realizar varios tratamientos térmicos de este tipo favorecería el desarrollo de los microorganismos termorresistentes.
En definitiva, esta práctica supondría un riesgo para la salud y alteraría las características físico-químicas, nutricionales y organolépticas de la leche hasta el punto de no poder ser consumida.
¿Cómo se envasa la leche en un tetra brik?