Confunden con cacos a una pareja que hacía el amor en un garaje

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Fue un encuentro tórrido en un garaje que terminó con un joven argelino detenido y pendiente de ser extraditado. Este sábado, mientras miles de personas se preparaban para disfrutar de la Feira Franca pontevedresa, una pareja mantenía relaciones sexuales en el interior de un garaje de la calle Rouco.

Los ruidos y jadeos llamaron la atención de una vecina, que, temiendo que se tratara de ladrones, se puso en contacto con el 092. Sin perder tiempo, una patrulla de la Policía Local se presentó en el garaje. Los agentes no salieron de su asombro cuando descubrieron que los ladrones eran en realidad un chico y una chica que estaban dando rienda suelta a sus pasiones.

Está claro que las intervenciones policiales pueden ser calificadas de muchas maneras, pero normalmente nunca de románticas. Así que los policías tuvieron que interrumpir el encuentro y pedir los papeles a la pareja, que a buen seguro estarían tanto o más azorados que los propios agentes.

Pero he aquí que ninguno de los dos llevaba documento alguno encima. Y claro, ambos terminaron en un coche patrulla camino de la jefatura para comprobar fehacientemente que eran quienes decían que eran. La chica no tuvo problema alguno y apenas unos minutos después abandonaba sin problema la sede policial. La situación fue más complicada en el caso del chico. Este, al parecer, aseguró en un primer momento que era oriundo de Marruecos y que había nacido en 1980. Sin embargo, unas indagaciones y un cotejo a las bases de datos determinó que quien se decía marroquí en realidad había nacido en Argelia en 1983.

¿Y esta mentira? Para intentar ocultar que estaba siendo buscado por tres juzgados distintos de la capital de España, así como que tiene vigente una orden de expulsión del territorio nacional por un período de cinco años. Las fuentes consultadas precisaron que cabe la posibilidad de que ahora se lleve a cabo su extradición.

Además, por si fuera poco, un hombre se personó en la jefatura y, presumiblemente, identificó al ciudadano argelino como la persona que, horas antes, le había sustraído la cartera del interior de un local de copas de Pontevedra. Se le imputó un cargo por hurto.

Mientras cotejaban su identidad, un hombre denunció al arrestado por el robo de su cartera

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