600.000 chinos mueren todos los años en su trabajo por agotamiento
Li Yuan, un joven publicista chino de 24 años, se ha convertido en la última víctima del agotamiento laboral. Un fenómeno en auge que se cobra más de 600.000 vidas cada año, según un informe publicado en el diario oficial de la Liga de la Juventud Comunista de China. La muerte de Yuang se produjo en unas condiciones muy similares a las del resto de fallecidos por esta misma causa. Tras llevar un mes haciendo horas extras todos los días hasta las once de la noche, sufrió un ataque cardíaco relacionado con el estrés laboral por el exceso de trabajo. Los síntomas asociados con estas muertes incluyen el insomnio, la anorexia y los dolores abdominales.
La juventud del que era trabajador de la multinacional Ogilvy & Mather en las oficinas de Beijing ha contribuido a abrir el debate sobre la precariedad laboral entre la monolítica opinión pública del país asiático. La información saltó incluso a la primera plana del telediario de la noche en la televisión oficial china, por lo que la compañía tuvo que reconocer la muerte del trabajador en su cuenta de Twitter, pero sin entrar a valorar las causas del fallecimiento. Por desgracia, la mala noticia es cierta, hemos perdido a uno de los nuestros en Beijing. Era muy querido por todos.
La escalofriante cifra de fallecimientos en China por un ataque cardiaco en el lugar de trabajo ha animado a los profesionales médicos de todo el mundo a investigar sobre la relación entre las enfermedades del corazón y el estrés laboral. Según un estudio del University College de Londres publicado el pasado año, las personas que sufren una tensión laboral extrema son más propensas a sufrir presión arterial alta que el resto de sus compañeros. Sin embargo, la mayoría de estos fallecimientos siguen concentrándose en China, ya que las exigencias de mantener unos bajos costes de la producción en origen se traducen en un aumento de la exigencia y las horas de trabajo.
Estrategias «blandas»que mejoran la productividad laboral
Los investigadores llegaron a esta conclusión después de someter a un grupo de voluntarios sin problemas cardíacos a una situación de estrés. A continuación, se midieron los niveles de la hormona del estrés, el cortisol, que se genera como respuesta a una elevada presión psicológica o física Cuando esta se libera, hace que las arterias se estrechen incrementando así el riesgo de infarto.
En otro estudio anterior, este llevado a cabo por el Instituto Nacional de la Salud del Reino Unido, se concluyó que los síntomas relacionados con la ansiedad aumentan las tasas de mortalidad, no solo por infarto, sino también por otras muchas causas. Unos resultados que para la Fundación Británica del Corazón no se pueden relacionar directamente con el estrés, sino con las actitudes secundarias asociadas a este, como son el incremento del consumo de tabaco, alcohol o de alimentos poco saludables.
El caso es que los trastornos mentales provocados por la excesiva exigencia o carga laboral se están convirtiendo en una norma generalizable entre los trabajadores, ya no solo de los países en vías de desarrollo, sino de todo el mundo. Diferentes modelos de gestión de recursos humanos comienzan a tener en cuenta estos extremos, y muchos de ellos abogan ya por una estrategia centrada en hacer felices a sus trabajadores para que rindan más, como es el caso del denominado Hapiness Manager. Y es que las medidas encaminadas a facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar, el teletrabajo o el fomento de una atmósfera dentro de la que se sientan a gusto los trabajadores, no solo aumenta la productividad, sino que también fideliza al empleado y lo implica más en la empresa.