Cinco razones para romper una relación por whatsapp
Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no hables. Hermoso proverbio para justificar que tal vez un escueto mensaje de whatsapp sea el modo menos feo de anunciar el fin de una relación. ¿Acaso existe alguna palabra bella para romper?
El gesto puede parecer descortés, cobarde o despiadado, pero, nos guste o no, es el ritmo que marcan las nuevas tecnologías y a fin de cuentas quizás sea la manera más sensata y menos dolorosa de comunicar a otro que el amor llegó a su fin. Más de la mitad de las parejas rompen así su relación, según una encuesta del portal de encuentros SingletonSearch.com. O con formas digitales similares.
La idea es muy tentadora, pero ¿nos convierte en cobardes o sensatos? El psicólogo Fernando Azor ofrece su punto de vista: «Cuanta más distancia física exista entre el ‘dejador’ y el ‘dejado’, menos tensión se produce entre ambos». Y este tipo de ruptura no puede ser más aséptica. Sin llantos (al menos visibles), sin reproches, sin gritos…
El hábito es viejo. Los diferentes servicios de mensajería favorecen una realidad que no es solo propia de este momento. Lo nuevo es la inmediatez y la famosa confirmación de recepción del mensaje. «Romper por whatsapp -explica Azor- es incluso más directo que romper por carta ordinaria, como podía ocurrir antes».
Por otra parte, tampoco puede provocar extrañeza cuando la pareja usa whatsapp para romper el hielo, enviar la declaración de amor o avivar la pasión. «En cualquier caso, la facilidad de decir las cosas sin tener que afrontar el conflicto inicial potencia el uso de la escritura, por encima de afrontar el malestar que causaría en persona».
El psicólogo no tiene claro, por tanto, que las tecnologías nos hayan vuelto más cobardes. «Sí puede ser más probable que, por las opciones de las que disponemos, ahora busquemos en los mensajes una manera más fácil de evitar el conflicto directo».
Pero ni el whatsapp, ni la conversación en directo van a salvar el principal escollo, es decir, asumir que no hay vuelta atrás. Por eso es difícil juzgar si el modo de transmitir esta decisión es o no correcto y si el golpe emocional va a ser mayor. En algunos aspectos, Azor inclina la balanza ligeramente hacia lo virtual: «Es normal que, después de la ruptura, la persona abandonada dedicará la mayor parte del tiempo a buscar alternativas para volver, para encontrar dudas razonables en el otro como para que haya opciones para la reconciliación y ver cómo recuperar a su pareja. Pero si realmente la ruptura se materializa, cuanto antes se asuma, antes se podrán generar medios en el abandonado para continuar con su vida, distanciarse emocionalmente y centrar su esfuerzo en crear nuevas rutinas y expectativas futuras». Por el contrario, si el que toma la decisión de abandonar teme el momento de afrontar la situación, alargará mucho el proceso de ruptura y la herida será más profunda.
Pero se dice que las emociones que se entierran vivas nunca mueren. Por eso, cuando la relación ha sido profunda o duradera, el capítulo pendiente será una conversación. La contención que propicia la ruptura virtual habrá resultado positiva para superar ese sentimiento de incredulidad, incomprensión o desesperación por la pérdida y el derecho a réplica llegará más sereno. Y quién sabe si cuando se acerque el momento de ese cara a cara, ambos habrán descubierto que se ha abierto un mundo de posibilidades ajenas a la pareja.
Los argumentos a favor de romper una relación por whatsapp podrían resumirse en cinco:
- Un whatsapp es inmediato. Evita dilaciones inútiles que llevarían a la otra persona a seguir tomando decisiones conjuntas.
- Favorece el autocontrol. Permite guardar las formas y supone un ejercicio de contención. No poder reaccionar cara a cara sofoca las ganas de irrumpir con escándalo y confusión.
- Desecha falsos motivos. Si no existen razones para continuar, quizás tampoco las hay para profundizar en ese desamor o indagar en los motivos. Simplemente, y más en relaciones superficiales, será suficiente con informar.
- Evita consumir recursos que se pueden transferir para hacer una adecuada valoración de nosotros mismos, de nuestras capacidades y de las oportunidades fuera de la pareja.
- Ayuda a tomar distancia permitiendo que el duelo sea más rápido. No quedará el recuerdo de una despedida melodramática.