Absuelven a un rico de matar a su mujer en la luna de miel

Absuelven a un rico de matar a su mujer en la luna de mielHa sido un caso seguido por la prensa sensacionalista británica desde el inicio, en noviembre del 2010: el asesinato de una joven en su luna de miel, la detención del marido como instigador y ahora su absolución por falta de pruebas. Una historia a la que no le falta detalle -belleza, dinero, sexo y trampas legales-, y que comenzó en el seno de dos familias británicas de ascendencia india ambas muy bien situadas.

Shrien (34 años), economista cuya familia tiene productos farmacéuticos, y Anni, ingeniera y diseñadora en Suecia, se conocieron en el 2009 en Londres. Comenzaron una relación que llevó a que Anni dejase Estocolmo por Inglaterra en marzo del 2010 y se planease la boda, que gustaba mucho a las dos familias. El compromiso se celebró en París, pero en septiembre Anni empezó a hablar de cancelar la boda: al parecer, Shrien tenía un problema hormonal que le afectaba a su capacidad para tener hijos; ahora la familia de Anni teme que también hubiese algún trasfondo sexual en las reticencias de la joven, ya que después se supo que Shrien frecuentaba bares gais en Birmingham.

El entorno de la joven achacó las dudas a los nervios de semejante decisión y la ceremonia se adelantó a octubre. No se escatimó en gastos: tres días de fiesta en Bombay con 300 invitados, unos 250.000 euros en la fiesta. La pareja regresó momentáneamente a Bristol, para ver las obras de su casa, y puso rumbo a Sudáfrica. Ninguno conocía el país y Shrien eligió el destino porque las siglas internacionales del Estado son SA, como él y su mujer.

Llegaron el 12 de noviembre y en el aeropuerto contactaron con un taxista, Zola Tongo, al que llamaron al día siguiente tras cenar en un restaurante, y durante este viaje sufrieron un asalto por parte de dos hombres que terminó con la vida de Anni -una bala en la nuca- y la huida de Shrien. En pocos días, mientras Shrien volvía Gran Bretaña, la policía de Ciudad del Cabo detenía a Xolile Mngeni y Mzwamadoda Qwabe como presuntos autores, así como al chófer, Zola Tongo. De sus declaraciones se dedujo que Shrien les había contactado para encargarles el asesinato de su mujer, por el que pagó mil euros.

Shrien fue detenido en Bristol en diciembre del 2010, y desde entonces luchó para evitar la extradición. Ingresó en un hospital psiquiátrico y alargó el proceso hasta que agotó las posibilidades en abril de este año, y tuvo que volar a Ciudad del Cabo. El esperado juicio comenzó en octubre.

¿Qué pasó para llegar a la absolución? Según parece, hubo varios factores. Por una parte, la declaración de los tres sicarios fue «tan improbable, con tantos errores, mentiras e inconsistencias que uno no sabe dónde terminan las mentiras y empieza la verdad», según dijo la jueza que absolvió a Shrien por falta de pruebas. Según la magistrada, los asesinos confesos pudieron querer involucrar al marido para obtener algún beneficio penitenciario. Por otra parte, está la sexualidad de Shrien, que llevó al estrado a un prostituto, quien aseguró que Shrien le había dicho que tenía que huir de su relación con Anni. En el juicio Shrien no negó sus relaciones homosexuales, pero dijo que era bisexual y que quería a su mujer. También desmontó otra prueba, sus charlas telefónicas con el taxista, que explicó «de forma plausible». Si a eso se le suma una investigación inicial algo chapucera, con declaraciones incompletas de testigos y pérdida de pruebas, están todos los componentes para la absolución.

Pero la absolución de Shrien no da por terminado el culebrón. La familia de Anni anuncia una demanda contra el viudo por haber ocultado su bisexualidad, y este prepara otra contra el Estado de Sudáfrica por haber basado la acusación de asesinato en sus gustos sexuales.

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